Comandante de la División del Norte, fue caudillo del estado norteño de Chihuahua, el cual, dado su tamaño, riqueza mineral, y también la proximidad a los Estados Unidos de América, le proporcionó cuantiosos recursos. Villa fue gobernador provisional de Chihuahua en 1913 y 1914. Aunque no se le aceptó en el panteón "de los héroes nacionales", sino hasta 20 años después de su muerte, su memoria se honra hoy por mexicanos, estadounidenses y personas de todo el mundo. Además, numerosas calles y barrios en México y otros países han sido nombrados en su honor.
Villa y sus seguidores, conocidos como villistas, se apoderaron de las tierras de los hacendados para distribuirlas a los campesinos y soldados. Se apoderó de trenes y, como varios generales revolucionarios, usó dinero fiduciario impreso, para pagar por su causa.
El dominio de Villa al norte de México se rompió en 1915, a través de una serie de derrotas que sufrió en Celaya y Agua Prieta en manos de Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles. Después del ataque de Villa a Columbus, en 1915, el General John J. Pershing trató infructuosamente de capturar a Villa durante un año. Como dice el corrido popular en recuerdo de la victoria tácita de Villa sobre quien fuera, un poco después, el comandante de las tropas norteamericanas en la Primera Guerra Mundial:
En Columbus quema y pilla
Pershing lo viene a buscar
el Tigre se vuelve ardilla
y no lo puede encontrar...
Mi general Pancho Villa, le venimos a cantar...
Pershing lo viene a buscar
el Tigre se vuelve ardilla
y no lo puede encontrar...
Mi general Pancho Villa, le venimos a cantar...
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